XXXVIII




Estoy contino en lágrimas bañado,
rompiendo siempre el aire con sospiros,
y más me duele el no osar deciros
que he llegado por vos a tal estado;
que viéndome do estoy y en lo que he andado
por el camino estrecho de seguiros,
si me quiero tornar para hüiros,
desmayo, viendo atrás lo que he dejado;

y si quiero subir a la alta cumbre,
a cada paso espántanme en la vía
ejemplos tristes de los que han caído;

sobre todo, me falta ya la lumbre
de la esperanza, con que andar solía
por la oscura región de vuestro olvido.

GARCILASO DE LA VEGA

4 comentarios:

dulce dijo...

Que pequeña que soy... si es que algo soy.

Hamartía dijo...

Uno puede ser lo quiere si es que se compromete a ello consigo mismo.
A veces nos volvemos pequeños ante las adversidades, y en esos momentos hay que sacar fuerzas de donde sea, o por nosotros mismos o con la mano de algún amigo, que, seguro, siempre alguno hay dispuesto a extenderla.

Anónimo dijo...

que mas sincero que unas lagrimas?
mas si salen d lo mas profundo del corazón

Anónimo dijo...

la espernza es lo que menos debemos peder