Fingió
su muerte para escapar de la opinión pública, porque se
sentía cansado de su vida como estrella mundial. Seguramente se cambió de sexo, y ahora vive en una
isla paradisíaca, siendo visitado regularmente por sus hijos.
Si leíste el párrafo
anterior y no sólo lo afirmas, sino que lo defiendes con tu propia alma, eres
sin duda a los ojos de muchos un conspiracionista.
Pero no debes temer por
esta definición, la cual está de moda y se refiere a aquél que no se contenta
con lo que afirman los medios, sino que tiene interés por saber la verdad y
comprende que no todos los que le rodean dicen la verdad.
Si fuiste de los que
viste la serie House, recordarás su
famosa frase acerca de cualquier enfermo: “todos
mienten”.
Debemos reconocer que las personas son mentirosas por naturaleza,
ya sea por no querer herir a su prójimo, o porque es la moneda a pagar para vivir en comunidad (para el que le
guste la vida demasiado social).
No negarás que alguna
vez has tenido que decir lo bonitos que son unos zapatos o un peinado que te
parecían horribles.
Digamos que el conspiracionista es una persona harta
de convencionalismos sociales, y de oír que le digan lo bien que se ve cuando
sabe que ese día se levantó peor que nunca. Y no digamos de la televisión, cómo
son capaces de decir lo que sea por permanecer al aire sin presiones políticas.
¿Te extrañaría que
después de todo esto, personalidades como Michael
Jackson decidieran tomarse un
respiro de la sociedad haciéndose los muertos? Ellos se lo podrían permitir
con los millones que tienen.
Replanteándonos las
cosas, quizás tengan su fiesta particular, y sin paparazzis, Jackson, Juan Gabriel o el mismo Cid
Campeador, una prueba más de que las ideas
conspiracionistas no entienden de siglos.
Francisco Javier González de Córdova
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